Me sentía culpable, inútil e imbécil. No comprendía que estaba haciendo mal, pensaba que era mi culpa. Que él era inocente de todo, yo era la que jodía siempre. Por eso realmente nunca lo culpé, es más, intenté buscarle justificación a sus actos.

La primera vez que me hizo daño fue un simple apretón en el brazo, el cual, solo me produjo un morado. Todo ocurrió porque el no supo separar lo profesional con lo sentimental, y al preocuparme por él, ya que llegó muy enfurecido, se mosqueó y me comenzó a insultar... tras esto, ocurrió la primera agresión. Él reaccionó, me dijo que me quería y me pidió perdón tantas veces, que me olvidé de lo sucedido. Pensé que no volvería a suceder más, que fue un mal día y que era una cuestión de tiempo sacármelo de la cabeza.

A los pocos días, volvió a casa con exceso de alcohol y bajo los efectos de este, o esto quería creer, me propuso tener un momento sexual, pero estaba cansada y le dije que no era el momento ideal, que me sentía agotada. Pensé que lo entendería, pero en cuestión de segundos, sin apenas darme tiempo a reaccionar, me golpeó fuertemente en la cara, dejando la marca de su mano en mi cachete. Se alejó de mí, y tras esto no pude evitar llorar. Cuando éste volvió, me vio llorando y otra vez me pidió perdón. No sabía si perdonarlo y él me juró que fue por los efectos del alcohol. Con esto supuesto, le perdoné. Sabía que todo cambiaría, o eso creía.

Pero con los días, me fui dando cuenta de que habíamos caído en una terrible rutina en la cual, yo sentía que estaba cometiendo muchos errores, que no era suficiente para él, y que tal vez algo no estaba funcionando bien. Pero dicen que uno se acostumbra a las cosas, que todo al fin y al cabo se hace normal. Aunque a veces no todo fuera tan bien, seguía siendo mi vida. A pesar de esos terribles días, en los que los golpes me dejaban temblando, me hacían pensar y me destrozaban el alma. Seguían existiendo esos días de amor, en los que recibía ramos de rosas, perdones y muchas caricias. Entonces, los días terribles, seguían siendo días, por lo cual nunca lo culpé.

Os dejo un vídeo, espero que os haga reflexionar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario